REGATEANDO AL TIEMPO
Cualquiera con más de 30 años sabe la rutina: Te levantas y esperas que con algo de suerte vuelvas con las mismas piezas que cuando saliste de la cama. Ni un achaque o espasmo muscular o desgarre en la pierna que contar… Comienzas tu día con un café y de repente, con la guardia baja, te encuentras con algún olor, textura o sabor que te regresan por breves segundos a ese lugar donde conociste la felicidad plena. Ese momento sin ataduras ni intereses; alegría sin condición alguna. Tu vida era simple y no lo valorabas… Así recuerdo a Messi, como el chico con el 30 a su espalda y el desparpajo de la juventud. Esa electricidad de un niño escuálido que sacaba de quicio defensas rivales como quien esquiva globos flotando en el aire. Pronto te llenas de experiencia, las cosas empiezan a perder un poco su brillo. Tu habilidad para asombrarte se oxida y te vuelves un poco… cínico a las bellezas que te rodean. Te acomodas en tu mundo de confort y cada vez recitas más eso de que estás muy vi...